Suena el teléfono, interrumpiendo sus pensamientos, aparta
la vista de las estrellas y mira el identificador de llamadas.
-¿Si?- Contesta al descolgar el teléfono.
-Hey, ¿dónde andas cumpleañera? Que paso a buscarte y nos
damos una vuelta por el centro todos juntos – Dijo el interlocutor.
-¿Qué pasas a buscarme? –Rió ella- eso me gustaría verlo.
-¿Por qué? ¿Qué hay de raro en eso? – Preguntó extrañado él.
- Que ya no estoy en casa, ni en España siquiera, estoy
cerca de la frontera de Francia con Alemania, ¿realmente vas a “pasar” a
buscarme? – Rió ella.
- ¡¿Qué estás dónde?! ¿Por qué? ¿Cuándo te has ido? No lo
entiendo, ¿Por qué no has avisado?
- Porque me he cansado de ser el último plato para todos, la
última persona de la que se acuerda todo el mundo y a la que, si no da señales
de vida, dejan sola siempre. Llevo una semana preguntando para hacer algo para
mi cumple con vosotros pero habéis pasado de mí, de modo que he alquilado una
auto caravana y me he ido, sin más.
- Bueno, no se… no sé qué contestarte… ¿cuándo vuelves? Te
compensaré, te compensaremos por ello – Contesta él con voz entrecortada por la
sorpresa.
-No lo sé - Responde ella.
- ¿No lo sabes? – Pregunta él extrañado.
-No, no lo sé. – Contesta ella - Cuando vuelva, volveré.
Mantente en contacto y lo sabrás. – Y diciendo esto cuelga el teléfono y lo
lanza al asiento del copiloto mientras su atención vuelve a las estrellas y una
sonrisa de tranquilidad se dibuja en su rostro.
Hacía mucho que no se sentía
tan bien.
¡Qué bien sienta desconectar de vez en cuando!
ResponderEliminarCoger el coche y desaparecer. Buen aporte ;-)
ResponderEliminarMe suena muy familiar esa situación, ¿eh? jeje
ResponderEliminarMuy realista. ¡Me gusta!
Por cierto, el pasaje en el que me comentaste es de el libro "La Mecánica del Corazón" de Mathias Malzieu. Está bastante guay, muy filosófico y metafórico todo.
Un saludo!