martes, 6 de noviembre de 2012

Libertad


Suena el teléfono, interrumpiendo sus pensamientos, aparta la vista de las estrellas y mira el identificador de llamadas.

-¿Si?- Contesta al descolgar el teléfono.

-Hey, ¿dónde andas cumpleañera? Que paso a buscarte y nos damos una vuelta por el centro todos juntos – Dijo el interlocutor.

-¿Qué pasas a buscarme? –Rió ella- eso me gustaría verlo.

-¿Por qué? ¿Qué hay de raro en eso? – Preguntó extrañado él.

- Que ya no estoy en casa, ni en España siquiera, estoy cerca de la frontera de Francia con Alemania, ¿realmente vas a “pasar” a buscarme? – Rió ella.

- ¡¿Qué estás dónde?! ¿Por qué? ¿Cuándo te has ido? No lo entiendo, ¿Por qué no has avisado?

- Porque me he cansado de ser el último plato para todos, la última persona de la que se acuerda todo el mundo y a la que, si no da señales de vida, dejan sola siempre. Llevo una semana preguntando para hacer algo para mi cumple con vosotros pero habéis pasado de mí, de modo que he alquilado una auto caravana y me he ido, sin más.

- Bueno, no se… no sé qué contestarte… ¿cuándo vuelves? Te compensaré, te compensaremos por ello – Contesta él con voz entrecortada por la sorpresa.

-No lo sé - Responde ella.

- ¿No lo sabes? – Pregunta él extrañado.

-No, no lo sé. – Contesta ella - Cuando vuelva, volveré. Mantente en contacto y lo sabrás. – Y diciendo esto cuelga el teléfono y lo lanza al asiento del copiloto mientras su atención vuelve a las estrellas y una sonrisa de tranquilidad se dibuja en su rostro. 

Hacía mucho que no se sentía tan bien.

3 comentarios:

  1. ¡Qué bien sienta desconectar de vez en cuando!

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  2. Coger el coche y desaparecer. Buen aporte ;-)

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  3. Me suena muy familiar esa situación, ¿eh? jeje
    Muy realista. ¡Me gusta!
    Por cierto, el pasaje en el que me comentaste es de el libro "La Mecánica del Corazón" de Mathias Malzieu. Está bastante guay, muy filosófico y metafórico todo.

    Un saludo!

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